14 de marzo de 2016

Vamos a jugar a un juego



Vamos a jugar a un juego.
Aquí no hay ganadores ni perdedores.
No se trata de pelear, de adivinar o de derribar.
Es simple sentimiento, pasión y locura.
Es el juego más simple y a la vez más difícil de la historia.
Es el único en el que gana el tiempo y el corazón.
No tiene límite de edad, ni tampoco entiende de sexos.

Tu única misión es ser tú misma, con tus virtudes y tus defectos. Yo me encargaré de lo demás.
Te aseguro que nadie está a salvo de este juego tan humano.
Si aceptas jugar, la suerte y la constancia pondrán de su parte, y nunca se sabe dónde te llevarán.
El único misterio es el no saber con quién acabarás agarrada de la mano.
De él aprenderás a apreciarte y a la vez a apreciar a los demás.
No te prometo que será fácil, pero ten por seguro que vale la pena arriesgarse.
Ya sabes de qué juego hablo: es el juego en el que tú y yo creamos una realidad paralela llamada “búsqueda de la felicidad”.

Único requisito: amor.

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