3 de marzo de 2016

La tranquilidad siempre me sonó extraña



La tranquilidad siempre me sonó extraña. Cuando estás luchando por conseguir tus metas, siempre aparece algún obstáculo que superar. Pero esta es la vida que vivimos, llena de trampas, acertijos y laberintos que nos hacen más fuertes, más grandes. Aquella tranquilidad se percibe en el horizonte, casi inalcanzable, como una puesta de sol, fascinante, pero a la vez lejana y momentánea. Solo algunos logran alcanzarla, pero cuando lo logran, siempre acaban persiguiendo algún monstruo con el que pelear. Es por eso que la tranquilidad siempre me sonó extraña.

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