Déjame terminar los últimos acordes antes de que amanezca. Son especiales y a la vez intensos, basados en la dulzura y en la inocencia del que no sabe. En apariencia, tienen forma de ojos grandes y sonrisa preciosa.
Es como estar al filo de
un acantilado, callado y sin poder moverte; es como soñar despierto, como ver con
los ojos cerrados. Es como sentir el aire que entra por los pulmones, como
saber lo que va a pasar antes de que nadie lo sepa. Es esa loca, extrema y
extraña sensación de caer y que te agarren en el último segundo.
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