Cicatriz eterna.
La vida y la muerte dejan marca, dejan una
huella que no se olvida.
Tenemos que vivir con el dolor.
Nos acostumbramos a los desastres.
Vivimos con la muerte en los talones, con el
miedo a fracasar.
La muerte nos aterra cada día, recordándonos
que no somos invencibles, que no somos inmortales.
Los recuerdos de aquellos que perdimos nos
desgarran el alma, pero también nos hacen recordar quiénes somos.
La vida es una.
El amor nos hará fuertes y libres.
Es lo único que la muerte no nos podrá
arrebatar.
Seamos libres para amar sin restricciones.
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