2 de abril de 2016

Una vez conocí un alma sin sueños




Iba vestida de mujer, cansada de correr en círculos. Deseando libertad.
Volaba despacito, deteniéndose en cada detalle. No temía a nada, pero no confiaba en nadie. Gritaba en silencio, sin querer que la escucharan.
Vivía rodeada de fortuna, pero se sentía pobre.
Estaba rodeada de personas, pero se sentía sola.
Tenía el Paraíso, pero se quedaba en el Infierno.

Un día, descubrió que la vida merecía la pena, a pesar de sus desastres. Le contaron que las heridas sanan y que las ilusiones se renuevan.

Entonces comprendió que los sueños se construyen.

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