4 de agosto de 2010

Delirios de Una Sinrazón

Hay veces, no sabemos ni cómo ni por qué, la vida nos pone a prueba, y nos da una segunda oportunidad. Está en nuestra mano, solamente en nuestra mano, decidir qué caminos nos conviene. No siempre es fácil, supongo que siempre es más sencillo verlo desde fuera, donde todo es tan visible que puedes responder con los ojos cerrados. Sin embargo, tomar esa decisión desde tu propia vida, muchos lo verían tan arriesgado como pasar por encima de mil cuchillos por un largo sendero que no se sabe dónde ha de terminar.

No se trata de un juego, no se trata de mi vida, ni una vida paralela, se trata justamente de la Vida en general, que es el juego más difícil al que nos podamos enfrentar jamás. Muchos sucumben a la presión que el listado de reglas de ésta ejerce sobre ellos, incapaces de seguir, de avanzar, de correr, de escapar… “¿Qué hacéis? ¿No veis que tenéis la respuesta delante de vuestras narices?” puede decir alguno en voz alta. Pero lo cierto es, que a veces no es tan fácil elegir el camino correcto, a veces hasta el ser más humilde, el más inteligente, y hasta el más generoso, puede equivocarse y no saber qué línea ha de seguir y no volver a caer. Sí, esta es la vida: ¿la reconocéis? ¿Estoy describiendo vuestra vida, veis en cada palabra pensamientos que reflejan algo vivido y reconocible? O tal vez no. Tal vez no hayáis tenido ocasión de enfrentaros a algo que os haya hecho sufrir para después volver a nacer, tal vez, sólo tal vez, nunca podréis experimentar qué es la libertad, la elección, simplemente ya tenéis vuestro camino trazado. Sea cual sea el caso, la vida es un ir y venir de sensaciones, de acciones que unas veces nos hacen estar arriba y otras abajo.

Puede que hayáis estado en esa situación que hace que no puedas ni avanzar ni retroceder, en la que piensas que cada paso que has dado haya sido en vano, que no vale la pena… Es esa situación que una vez superada piensas “¿por qué ha costado tanto? ¿Por qué no lo hice antes, si no era tan difícil?” Pero lo importante es salir de ahí, saber que hay gente que te apoya, que te quiere y se preocupa por ti. Por muy hundido que uno esté hay que tener siempre esto en cuenta: Vale la Pena. Siempre vale la pena, hay que luchar por ello, hay que demostrarle a la vida y al mundo que no tenemos miedo, que por muy injusta que sea la vida, se puede si se quiere. No hay que tener miedo a equivocarse: muchas veces tenemos que dar mil pasos mal para llegar al camino correcto. Pero en esos pequeños pasos hay momentos que merecen la pena, esos que nos susurran “Carpe Diem” (Si todos lo dicen será por algo). Y nunca NUNCA hay que arrepentirse de hacer las cosas. Puede que lo hagamos mal, puede que lo hagamos bien, pero siempre hay que intentarlo, hay que aprovechar las oportunidades que se nos presentan y no perder el tiempo, para después no arrepentirse de lo que no has hecho.

No quiero aburrir con pensamientos sin sentido, no quiero representar mi vida, ni la tuya, sólo intento desvelar algunas ideas, vivencias, modos de vida, “frases célebres” que gente como tú y como yo ha averiguado, a base de experiencias. No nacemos con un manual de instrucciones que nos dice cómo vivir la vida, ni tampoco el camino al que aspiramos se encuentra bajo un letrero en el que está escrito: “FELICIDAD”, por eso son estas experiencias de tanta gente las que nos dan pequeñas pautas para enfrentarnos a una realidad que a veces nos parece inalcanzable. Porque el hecho es, que estamos aquí para ser felices, ¿No crees?



Cristina Jiménez. Little Mandarin

No hay comentarios:

Publicar un comentario